jueves, 28 de mayo de 2009

Es verdad que a veces lo bueno nace de equivocaciones.
Sin querer la semana pasada, una clienta me pidio dos baules bombé.
Pedí las medidas es más hasta me mostro un modelo,
y lo realizé con tan buena suerte que el bombé lo hice al revés, y a pesar de que mi marido me lo dijo, yo no le hice caso.
Por suerte le encantó, y yo de paso tuve un nuevo modelo.


¿ Acaso no suelen suceder estas cosas? ja, ja, ja,...